martes, diciembre 25

ADIOS...

Después de dos años de combate de esquivar a la muerte, de ver compañeros partir, de  donde huir no fue la opción y de momentos donde la esperanza danzaba al son del corazón, regresa el afligido soldado a su casa acompañado de una flores  para su esposa, su recuerdo lo mantuvo vivo en las peores  situaciones   , una fotografía manchada alimento su recuerdo y lo mantuvo cuerdo  de no haber vuelto jamás se lo huera perdonado.  Mientras se acercaba a su casa los nervios  aumentaban, un vacío en el estómago lo tensionaban  mientras repasaba las frases que dirá observo a lo lejos que su amada tomada de la mano caminaba acompañada de otro hombre, surgieron sentimientos de dolor y tristeza pero el amor pudo más y pensó que mientras ella estuviera feliz el estaría tranquilo para lo cual escribe esta carta de despido:
 
Recuerdo cuando te conocí, mi mundo se transformo
 Un sentimiento inexplicable  llego de repente y se quedó latente
Y como cascanueces vulnerable  el amor me desarmo
Y Aprendí a amar, aprendí  hablar sin hablar y a hacerme el valiente
 
Entregue lo mejor de mí en cada detalle, en cada momento vivido
 Aquellos días alegres en que compartimos sueños
Y la  sencillez que se caracteriza y el primer beso que aun no olvido
 
El tiempo fue nuestro mas traicionero enemigo
Tú inteligente, tierna  y la ves sensual
Mas q un amor quise ser tu apoyo donde encuentres abrigo
Prefiero que todo termine en alegría  y podernos vernos un   dia casual 
 
Hacerme el valiente
No ara que olvidarte sea fácil lo intentare
Pero si  cambiaras de lugar en mi mente
Estoy feliz por haberte conocido y para ti siempre estaré
 
Lamento decirte que todo allá terminado
Pero no lamento  el tiempo a  tu lado
Quiero verte  feliz, aun así  con otro hombre
El tiempo nos convertirá en sombras del pasado
Pero con amor siempre recordare tu nombre
Adios
ATENTAMENTE: Teniente Arenas Gómez
 
Espero hasta la noche para dejar la carta entre  de la puerta de la casa y decidió regresar a la guerra para probar suerte con la muerte.
 
Michel.F. Garcia

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